Hoy en día sabemos, cada vez con mayor certeza, la importancia que tiene un vínculo emocional estable y sano en el desarrollo infantil; demostrándose que la calidad de esa unión afectiva repercute en la salud o la felicidad de una persona a lo largo de su vida. Parece ser que esta cuestión está influyendo en nuestra cultura, y está generado cambios en cómo nos relacionamos con los menores o, al menos, en lo que sabemos que es bueno o malo para ellos. Pero esta cuestión no solo se queda ahí; se está viendo de manera similar, una transformación en torno a las relaciones conyugales.

En la actualidad, el número de divorcios está en aumento. Igual que en el resto de España, el año pasado, solo en Sevilla, hubo más de 4.000 divorcios, una cifra que ha aumentado con respecto a años anteriores.

¿A qué es debido el aumento de estas rupturas?

Es difícil hacer un perfil puesto que esas separaciones se producen en todas las edades y todos los estratos sociales, pero parece haber una mayor prevalencia entre los 45 y los 50 años. ¿Cuáles son los motivos? Aunque son muchos los factores, la falta de recursos, diferencias insalvables y las desavenencias en el reparto de las tareas del hogar, están entre las causas principales. 

Hoy en día nos encontramos con que para todo hace falta dinero. En consulta se puede se puede observar como es más complicado mantener una relación cuando existen pocos recursos ya que cuesta más trabajo tolerar las desavenencias sin dinero.

Buscar la manera correcta de distribuir las tareas del hogar es otra cuestión que debe trabajarse de manera conjunta, realizar un organigrama con las tareas domésticas asignadas a cada uno.

Otra de las causas de ruptura se produce cuando se busca el ideal de pareja creado sobre todo en la adolescencia. El concepto de “Media naranja” no es real. Se tiende a idealizar el amor aprendido desde niños y existe una visión errónea de entender la relación de pareja.

Finalmente es bueno tener en cuenta algunos consejos que ayudarán a evitar las rupturas en las relaciones de pareja. Un punto importante es asumir la existencia de conflictos: las diferencias en una relación de pareja son una realidad y eso va a suponer la existencia de discusiones, pero esto no indica que deba llevar a una ruptura. Por otro lado, está el saber aceptar las diferencias: ambas personas en una pareja son diferentes y, por tanto, tienen diferentes formas de pensar y de comportarse. Otro aspecto muy común es el hecho de considerar la dependencia entre la pareja: eso es otro error, en una relación de pareja hay que mantener la individualidad de cada persona buscando compartir la felicidad mutua, sabiendo valorar a la otra persona, buscando los aspectos positivos de la pareja y hacérselo ver.

 

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